lunes, 14 de marzo de 2016

Los Colores, manifestación de la luz.

A través del extraordinario sentido de la vista se aprecian los colores, esa característica de diversidad extensa efectuada por la luz visible, que le da valor cualitativo destacable a la realidad y mundo material. Tomando en consideración sus cientos de tonalidades semejantes aproximadas, los colores son seccionados resultando en una figura cromática armoniosa donde cada uno posee energía estrechamente relacionada  a los elementos y medio terrenal perceptible. Los colores constituyen una de las bases primordiales para el arte de la Magia Cristal, para la práctica conocer sus rasgos es indispensable y en equivalente medida es utilizable en Rituales.


Rojo. Color de la pasión, la voluntad y la valentía. La salud corporal, la sexualidad y la excitación. También representa el calor en toda su intensidad. En lo negativo bien podría vincularse a la ira y la venganza.

Naranja (o Marrón). Color de la confianza, el optimismo y la alegría. Representa lo material y la fertilidad. El calor en su intensidad media.

Amarillo. Color de la inteligencia, la creatividad y la comunicación. En su carácter negativo se relaciona a la muerte.

Lima. Color de la bondad. Relativo a la naturaleza y a la juventud. En lo negativo la inmadurez.

Verde. Color de la naturaleza, la vida y la prosperidad. Representa el crecimiento, la abundancia y la fuerza como estabilidad.

Cerúleo (o Celeste). Color de la generosidad y la nobleza. Denota lo refrescante.

Azul. Color de la sabiduría, la justicia, la intuición y el amor emocional. Representa el frío en toda su intensidad. En lo negativo la melancolía, la tristeza y la sensibilidad desmedida.

Violeta. Color de la devoción y la meditación. En su forma negativa la ilusión y el engaño.

Magenta. Color del poder. Negativamente, la tiranía.

Fucsia (o Rosa). Color de la afectividad y la compasión. Representa la feminidad.

Blanco. Color de la pureza, la verdad, la esperanza y la paz. Cuando a lo negativo se refiere; la debilidad.

Negro. Color del prestigio. En lo negativo el silencio, el miedo y el caos.

lunes, 7 de marzo de 2016

Magia Cristal

Los minerales que han alcanzado una pureza esplendorosa en su valor natural mediante la solidificación ascienden a un grupo selecto conocido como gemas; piedras preciosas y piedras semipreciosas, portando una esencia levemente distinta que los distancia del elemento de su nacimiento, la tierra. Su pequeña gama de diversidad en colores, formas y composición, son factores atribuidos directamente por el toque divino, agregando el pulido terrenal, se originan los rasgos que representan las cualidades fundamentales para el uso en la magia.

Estos cristales (gemas) albergan numerosas energías repartidas de acuerdo a sus propiedades materiales, todas ellas procedentes de la naturaleza astral, consecuentemente de carácter positivo para el ser terrenal. Y en su contrapartida, no hay que olvidar, que estas preciosas piedras pueden ser influenciadas positiva o negativamente por el mediador terrenal. Tres propiedades han hecho de los cristales piedras de valor desde los comienzos de los tiempos; su esplendorosa belleza, su muy sólida durabilidad y su rareza en la naturaleza.


Piedras Preciosas.


Diamante (incoloro), rubí (rojo), zafiro (azul), esmeralda (verde).


Piedras Semipreciosas.


Topacio (amarillo, marrón, rojo, azul, incoloro), turmalina (varios colores), zircón (negro, rojo, amarillo, verde, azul, violeta, incoloro), espinela (negro, rojo, azul), amatista (cuarzo de colores violetas), cornalina (cuarzo rojo), ágata (cuarzo de colores variados), ojo de tigre (cuarzo de colores amarillos), ónice (negro, rojo, amarillo, verde, blanco), granate (varios colores), jade (verdes o blanco), pirita (dorado opaco), turquesa (azules o verdes), ópalo (varios colores),  peridoto (limas), crisolita (peridoto amarillento), lapislázuli (azul), malaquita (verde), aguamarina (azul claro), crisocola (verdosa o turquesa), jaspe (rojo o colores variados).


jueves, 3 de marzo de 2016

La Naturaleza, un entorno rebosante de conciencia mágica.

Cuando la belleza natural se extiende con vivificada intensidad, confeccionada hermosamente por los más colaborativos y esmerados Elementales, se genera un entorno con tanta energía que refleja sus esencias puras, los elementos se hacen claramente visible a todo su esplendor. Ese mismo lugar adquiere una abundante reunión de conocimientos, la magia misma se hace una realidad casi espontánea.
Al hacer contacto con alguno de estos entornos mágicos, nuestro ser se manifiesta expandiendo todos sus atributos, los niveles mas alto de conciencia humana son alcanzado. El aspecto material en nosotros se estabiliza en una relajación profunda tanto como ninguna otra, en lo emocional llega  a su éxtasis de la felicidad, lo astral se complace de estar presente agradeciendo a esa cálida Presencia Creadora, y en el estado mental se adquiere un dominio sobre las memorias y los pensares tan puros que casi son palpables. La facultad para ejercer magia está complementada, un recitar de palabras inspiradamente escogidas, un símbolo dibujado en el suelo, un pensamiento de deseo latente, es la llave final para lograr el anhelo.